Aunque pueda parecer que la dieta vegetariana restringe determinados alimentos y por lo tanto limitas las alternativas culinarias y gastronómicas, la realidad es justamente la contraria: la variedad de alimentos debe ser justamente la piedra angular de la dieta vegetariana, así que es una oportunidad excelente para incorporar e la dieta mas variad de hortalizas, frutas, cereales, legumbres, setas, frutos secos, semillas, aceites y productos como el tofu o el seitán a fin de asegurarse un amplio abanico de nutrientes. Para introducirse en la dieta vegetariana quizá sea una mala idea ser drásticos e introducir todos los cambios de la noche a la mañana. Es importante realizar el cambio de manera paulatina para permitir que el cuerpo se acostumbre a los nuevos alimentos y a prescindir de otros, de lo contrarios se pueden producir déficits en algunos nutrientes. En caso de iniciarse al vegetarianismo en familia, es importante que todos sus miembros tengan la oportunidad de irse adaptando a los cambios y a los nuevos alimentos: acaso no haga falta eliminar de raíz la carne o el pescado de la dieta familiar, sino ir los sustituyendo poco a poco por otros alimentos para dar una oportunidad a los reacios a experimentar los cambios positivos que sin duda repercutirán en sus salud; de lo contrario, lo más probable es que se produzca un rechazo a los nuevos productos entre algunos de los miembros de la familia. También es importante disfrutar con los cambios y no vivir la nueva dieta como una tortura o un mal necesario para sentirse mejor. En este sentido, cocinar dietas apetitosas es esencial para asegurar el éxito. La cocina vegetariana no es ni más ni menos sabrosa que otros tipos de cocina; la clave para disfrutar de ella es encontrar buenas recetas que, además de ser equilibradas, también permitan gozar con los sentidos. Ser vegetariano no significa comer todo hervido, sin salsas o aderezos, o comer ensaladas cada día descuidando el resto de platos. También es importante establecer algunos límites y evitar caer en algunas trampas comerciales: la industria alimentaria a descubierto el negocio vegetariano y ofrece un amplio surtido de productos veganos y vegetarianos, muchos de los cuales son alimentos procesados y refinados que, a pesar de ser vegetarianos sobre el papel, pueden ser poco saludables si se abusan de ellos porque, entre otras razones, contienen grandes cantidades de azúcares refinados, sodio o grasas de mala calidad, como las trans. Además, si nos ceñimos estrictamente a la definición de lo que es ser vegetariano, una dieta basada en tomate kétchup, helados cargados de azúcar con leche de soja y bollería industrial altamente procesada se puede considerar vegetariana y, no hace falta decirlo, dista mucho de ser una dieta saludable. Por último, también es una oportunidad excelente para recuperar los platos vegetarianos de nuestra tradición gastronómica y para explorar las maravillosas cocinas de otros lugares del mundo, en especial la india, la china o la tailandesa, que ofrecen excelentes paltos libres de productos animales. Fuente: Libro: “Biblia vegetariana”
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Abril 2020
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