La harina de trigo integral nos aporta energía de liberación lenta, por lo que nos mantiene activos más tiempo. Al ser más rica en fibra, favorece el tránsito intestinal y la eliminación de líquidos. En otras palabras la harina integral, se digiere mucho más lentamente debido a su contenido en fibra y eso hace que llegue más despacio la glucosa a la sangre, de modo que el contenido de azúcar en sangre se mantiene estable, con un aporte constante de energía, y no esas subidas y bajadas que nos produce la harina refinada (o también llamada harina blanca). La harina integral es aquella que se obtiene cuando se muelen los granos de trigo entero. Tiene un color marrón no homogéneo y se pueden hacer todo tipo de preparaciones con ella, ya sean panes, pastas, galletas, tartas o postres . Al comer alimentos con base en harina integral aportamos a nuestro cuerpo fibras, vitaminas B y E, ácidos grasos, magnesio, hierro, potasio, zinc y manganeso. Además, no tiene un alto índice glicémico, favoreciendo a una saciedad más prolongada y evitando como dijimos anteriormente, el exceso de glucosa o insulina en sangre. Por el otro lado, la harina refinada (o también llamada harina blanca), se fabrica removiendo salvado y germen de trigo, moliendo únicamente el endospermo. Se utiliza para la gran mayoría de las preparaciones que consumimos o que venden a diario: tortas, pastas, galletas, panes, bizcochos, etc. Su popularidad se debe a que dura más, su color es homogéneo e “inmaculado” y es más redituable para la venta. En cuánto a la nutrición, la harina refinada es puro almidón, o sea, carbohidrato alto en calorías, sin fibras ni micro nutrientes. ¿Que recetas podemos hacer con harina integral? ¡TODAS!. En realidad, cualquier preparación que lleve harina blanca puede realizarse con harina integral. Los que aman la cocina, pueden comenzar a utilizar este ingrediente para sus comidas. Con harina integral se pueden preparar muffins salados o dulces, tartas, panes clásicos, panes con especias, panes con verdura, panes con frutos secos, panes con multisemillas y cereales, panqueques, scones, budines, tartas, pizzas, pastas, galletitas y todo lo que se te ocurra! Es necesario saber cuáles son las proporciones para cada caso y siempre buscar una receta fácil para aquellos que están dando los primeros pasos sin usar harina refinada. No habrá demasiadas variaciones en cuánto a confección, quizá un poco mas de liquido en la receta ya que la harina integral tiende a absorber mucho mas que la harina refinada, pero tal vez lo que nos lleve más tiempo es a aprender a pensar “de manera integral” que otra cosa. Se puede también utilizar las recetas favoritas cambiando la harina, para comparar sabores y sobre todo, cómo nos sentimos en los días sucesivos a la ingesta. Es aconsejable usar miel u otro endulzante de tu preferencia y sal marina para las preparaciones saladas. De esta manera, se añadirán nuevos elementos a la dieta diaria, muy buenos para la salud. ¡Rico, sano y vegetariano! Fuente: mejorconsalud.com
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Abril 2020
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